3.17.2008

El ansiado silencio

Cada vez es más difícil escuchar una buena entrevista. Creo que todo comenzó con Manuel Fuentes, cuando pensó que el telespectador no podía soportar una tanda de preguntas y respuestas de más de tres minutos. Recuerdo con especial rabia la entrevista a Amenábar: debió ser la primera vez que el director tenía ganas de hablar, pero nada, lo importante era que presenciara actuaciones de terceros.
Desde entonces la interrupción constante a los entrevistados se ha hecho norma, cuando no se les obliga a participar en pruebas de lo más peregrinas.
Afortunadamente, todavía quedan periodistas capaces de callar y dejar que habla el que realmente importa: el invitado. Es lo que hacía el loco de la colina en su programa de tv1, y debía ser por ello que los entrevistados revelaban mucho más de lo que realmente querían. Como le dijo el economista Estapé al periodista Antoni Bassas: "el seu silenci, Sr. Bassas, això és el perillós".